Cuando ya no hay diferencia entre el ruido y el mensaje

Luna llena. Día de la caravana de los rinocerontes. Camino junto a los pesados y rústicos unicornios lunares. Algunos están todavía salpicados de la sangre de la matanza de sus compañeros. Marchan en silencio, la mirada perdida hacia adelante. Yo marcho junto a ellos, pero creo que ni siquiera se aperciben de mi presencia.
Entre los místicos mastodontes, un extraño gato. ¿Qué hace aquí este felino? Evidentemente, es el gato cuántico del que me daba cuenta el robot AI Halim.
Me pierdo tras los rinocerontes en la profundidad de los campos de corazones, dispuesta a reunirme con el comandante Aukan e iniciar junto a él una verdadera revolución poética en la luna.

(FIN DE LA PRIMERA PARTE: RECONSTRUYENDO LA BIBLIOTECA CÓSMICA DE POESÍA DEL GRAN KHAN)


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