Tras todo lo vivido, he comprendido que mientras haya en el universo seres que continúen confundiendo las palabras con las cosas, no habrá esperanza.
Levanto los brazos al cielo y, en el medio de la noche, grito:
Sólo la poesía nos redimirá de los espejismos del lenguaje, ¡sólo la poesía nos hará libres!