La Web Mariana es la parte más oscura de la Internet Oscura. Sólo pueden acceder a ella hábiles programadores. Allí pueden encontrase cosas como los planos de los experimentos de Tesla, experimentos secretos llevados a cabo durante la Segunda Guerra Mundial, toda clase de películas snuff o la verdadera localización de la Atlántida. La mayoría de las veces no alcanza sólo con ser un experimentado programador y se requiere también de equipos de hardware especiales como, por ejemplo, ordenadores cuánticos. La computación cuántica se basa en el uso de qubits en lugar de bits. Mientras que en la computación digital, un bit puede tener sólo dos valores (0 ó 1), en la cuántica el valor puede ser 0, 1 ó 0 y 1 a la vez, lo cual permite llegar a realizar operaciones mucho más complejas a partir de nuevas puertas lógicas (las puertas lógicas cuánticas reversibles), que posibilitan la existencia de nuevos algoritmos.
A partir de su dirección de correo en la Internet Profunda (una secuencia alfanumérica de más de 30 cifras aleatorias), llega un contacto para Belén Gache. Es nada más y nada menos que de Dot Perinch y proviene del objeto de Hoag. El mensaje está escrito en la típica tipografía de las ex Galaxias Ratonas y, por supuesto, si hay alguien en el planeta Tierra que puede traducir la escritura ratona a caracteres latinos sin tener que recurrir al Conversor Babélico de Escrituras es Belén Gache, quien decodifica el texto al instante:
“Una peligrosa célula de fanáticos amenaza a tu planeta: son los miembros del letal FP (Falsificadores de Palabras). Te escribo para prevenirte que estás siendo vigilada.”
“Una peligrosa célula de fanáticos amenaza a tu planeta: son los miembros del letal FP (Falsificadores de Palabras). Te escribo para prevenirte de que estás siendo vigilada.”
Debajo, de esta alerta, Perinch brinda aún más información:
“La rebelión lunar ha devenido cada vez más cruenta. Derrotados, los seguidores del Comandante Aukan han huido. El propio Aukan se ha exilado a la Tierra. Permanece escondido en la selva de Cururú, en algún lugar de Panamérica.”
“La rebelión lunar ha devenido cada vez más cruenta. Derrotados, los seguidores del Comandante Aukan han huido. El propio Aukan se ha exilado a la Tierra. Permanece escondido en la selva de Cururú, en algún lugar de Panamérica.”
¿Cómo es posible que Dot Perinch sepa que Belén Gache está en la Tierra? A lo largo de todas las cosas que han vivido juntos (el trabajo como bibliotecarios en la Biblioteca de Poesía de Kublai Khan, la abducción de Perinch por parte de los niños metrofóbicos, sus aventuras como drag queen en el lado oscuro de la luna) la relación entre ambos siempre ha sido compleja. Al día de hoy, a Gache nunca le ha quedado claro si debe confiar en él o no. Además, ¿el Comandanta Aukan de verdad estaría en la selva de Cururú? ¿O se lo estará inventando Perinch con vaya a saber qué intenciones? ¿Será acaso el ex bibliotecario un espía de Julio Sánchez? ¿Y cuáles son las cosas de las cuales, según él, Belén Gache debería desconfiar? ¿Quién la vigila? Los interrogantes se acumulan en su cerebro como granos de arena cayendo por el orificio de una clepsidra.