Wear your rue with a difference

Filed under: Scrapbook | Tags: | enero 10th, 2011
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“There’s rosemary, that’s for remembrance; pray, love, remember: and there is pansies. That’s for thoughts. There’s fennel for you, and columbines: there’s rue for you; and here’s some for me: we may call it herb-grace o’ Sundays: O you must wear your rue with a difference. There’s a daisy: I would give you some violets, but they withered all when my father died: they say he made a good end,…”

Acto IV, Escena V, Hamlet.

Los prerrafaelistas solían retratar mujeres sonámbulas y lánguidas (directos antecedentes de las “heroin chics” de los 1990). Tal es el caso de la Ofelia de John Everett Millais quien, con el corazón roto por la muerte de su padre a manos de su prometido, se deja caer a las aguas hasta morir ahogada. En el texto de Shakespeare, la reina Gertrudis describe a Ofelia que, juntando flores, ha caído al río. Sus ropas empapadas la van empujando hacia el fondo. Ofelia es arrastrada por el río y por la muerte, pero también por la locura. Su cabellera flota cubierta por flores, al igual que las cabelleras de las nereidas y sirenas. Sus vestidos desplegados también están cubiertos por flores: el nenúfar como emblema de la frialdad; la margarita, el amor no requerido; la ruda, que significa arrepentimiento pero también tiene características venenosas; la roja amapola, que remite al sueño y a la muerte, reflejando así la pintura de Millais el interés victoriano en “el lenguaje de las flores”.

La modelo que posó como Ofelia fue Elizabeth Siddal, la musa de los prerrafaelistas. Posó hora tras hora sumergida dentro de una bañera hasta que estuvo a punto de morir congelada y tuvo que ser rescatada por su padre, quien amenazó con demandar al artista. De todas formas, ella murió poco después de una sobredosis de láudano. Elizabeth se convirtió en el arquetipo femenino lunar y espectral de este arte decadente. Su marido, Dante Gabriel Rossetti, la dibujaba sin cesar, monomaníaca y ritualmente, tanto antes como después de su muerte. Incluso siete años después de haber sido ella enterrada, hizo exhumar su cadáver para rescatar unos poemas que, en un rapto de amor, había enterrado junto a ella.

Ofelia, por su parte, pasó a engrosar los estereotipos de la histeria femenina. En las representaciones teatrales de Hamlet, la convención indica que ella debe aparecer con el cabello suelto, largo y despeinado, vestida con un holgado camisón blanco cubierto de flores de manera de que su estado mental sea evidente para el espectador desde el comienzo.


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