Yo, con la Torre Eiffel de fondo (vistiendo mi capote invisible)

Las doce princesas danzarinas, El sastrecillo valiente, los cuentos de hadas dan cuenta de una serie de capotes que pueden volver invisibles a quienes los vistan. En el mundo real, sin embargo, la cuestión es bastante más complicada. Numerosos intentos se han realizado a lo largo de la historia por lograr la invisibilidad. El 2006, por ejemplo, se fabricó un fragmento de tela con un metamaterial  capaz de desviar la trayectoria de las microondas de determinadas frecuencias alrededor de determinados objetos, de una manera en la que parecía que allí no había nada. Sin embargo, había dos problemas: 1- sólo servía si el objeto permanecía quieto en un lugar, sin desplazarse, 2- el objeto aun arrojaba sombra. En 2011, se realizó un nuevo intento, esta vez utilizando calcita, una sustancia capaz de refractar la luz de una manera que impide ver cualquier objeto con ella cubierto. Cuando la luz se refracta sobre ella, esta sustancia engulle al objeto en forma similar a lo que lo haría el agua cubriendo una roca, por ejemplo. Sin embargo, esto es posible sólo bajo determinadas circunstancias y con una limitada parte del espectro únicamente. El nuevo intento de 2011 seguía trayendo problemas cuando el objeto en cuestión comienza a moverse. Los “expertos en invisibilidad”, sin embargo, son optimistas en poder lograr un capote de invisibilidad total en un futuro próximo.