Una estrella que no palpita

Vaslav Nijinsky y Romola de Pulszky en el día de su casamiento en Buenos Aires, 10 de septiembre de 1913

En Caixa Forum Madrid se exhibe una impresionante muestra sobre los Ballets Rusos de Diaghilev. Entre muchas otras cosas, hay allí expuesta una fotografía del día en que Romola de Pulsky se casó con Vaslav Nijinsky, en Buenos Aires.
Romola, condesa de Pulszky, comenzó a estudiar ballet en Hungría. Admiradora de los Ballets Rusos desde que los había visto bailar en Budapest, se unió a ellos y viajó en sus giras. Fascinada especialmente con Nijinsky, intentó por todos los medios trabar una relación con él, lo cual era impedido sistemáticamente por Diaghilev, entonces pareja de Nijinsky. Finalmente, Romola tuvo su oportunidad durante un viaje transatlántico que la compañía realizó hacia América y del cual Diaghilev no participaba debido a que odiaba viajar en barco. Nijinsky y Romola se comprometieron antes de llegar a Río de Janeiro y se casaron ni bien llegar a Buenos Aires. Pasaron su luna de miel en el lujoso Hotel Majestic, en el barrio de Montserrat. Al enterarse, Diáguilev enfurecido despidió a Nijinsky de los Ballets Rusos.
Luego, comenzó la Gran Guerra y Romola y Vaslav vivieron como prisioneros de guerra por dos años en Hungría. Luego, él fue declarado esquizofrénico y recluido en una clínica mental, en Suiza. También nacieron sus dos hijas. Mientras pasaba todo esto, escribía en su diario cosas como la siguiente: “Mi mujer es una estrella que no palpita…”