El enigma de Hitler

En 1938, cuando Hitler recién se autoproclama comandante supremo de las fuerzas armadas, Salvador Dalí pintó este cuadro, a partir de una frase publicada en el diario alemán Die Zeit: “El enigma de Hitler está más allá de toda posible comprensión humana”.  Se trata de un enorme auricular de teléfono que chorrea lágrimas, colgado de un árbol muerto. También hay allí un paraguas y hay murciélagos. Dalí comentó que el motivo del paraguas en esta obra se relacionaba con la figura de Neville Chamberlain, el entonces Primer ministro del Reino Unido, quien habiéndose reunido con Hitler un año antes vaticinó que se avecinaban tiempos de paz para Europa. El motivo de los murciélagos tendría que ver, así mismo, con la evidente ceguera de Chamberlain.