En la biblioteca Clementinum, Praga, 2019

El cuento “La Biblioteca de Babel”, de Jorge Luis Borges (1941), presenta una biblioteca “interminable” que “existe ab aeterno” y que contiene todos los libros posibles. Una biblioteca “iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de volúmenes preciosos, inútil, incorruptible, secreta, ilimitada, periódica”, dirá Borges, quien se inspira, por su parte, en el cuento “Die Universalbibliothek”, de Kurd Lasswitz (1901) que fantasía con el cálculo de cuántos libros podría tener una biblioteca universal y cuánto espacio ocuparía, dado el número de combinaciones posibles de las letras del alfabeto.
En otro de sus cuentos, “El milagro secreto”, Borges nos cuenta que el protagonista sueña con la Biblioteca Clementinum, de Praga, donde los bibliotecarios buscan a Dios: “Dios es una de las letras en una de las páginas en uno de los 400.000 libros de Clementinum”.

Hace muchos años, mostrando a mis alumnos una obra de Ben Vautier.

Las nubes han aparecido en la pintura occidental, especialmente desde la Edad Media hasta fines del siglo XIX, constituyéndose en un elemento de semiótica pictural que va cambiando según las diferentes épocas. En su libro Théorie du nuage, pour une histoire de la peinture (1972), Hubert Damisch analiza los funcionamientos sucesivos del significante “nube”, sus formas de representación y su espacio sintáctico a lo largo de los años.

Los que ampliaron el Canal de Panamá
(y fueron clasificados como “silver roll” y no como “gold roll”),
los que repararon la flota del Pacífico
en las bases de California,
los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala,
México, Honduras, Nicaragua,
por ladrones, por contrabandistas, por estafadores,
por hambrientos,
los siempre sospechosos de todo
(“me permito remitirle al interfecto
por esquinero sospechoso
y con el agravante de ser salvadoreño”),
las que llenaron los bares y los burdeles
de todos los puertos y las capitales de la zona
(“La gruta azul”, “El Calzoncito”, “Happyland”),
los sembradores de maíz en plena selva extranjera,
los reyes de la página roja,
los que nunca sabe nadie de dónde son,
los mejores artesanos del mundo,
los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera,
los que murieron de paludismo
o de las picadas del escorpión o de la barba amarilla
en el infierno de las bananeras,
los que lloraran borrachos por el himno nacional
bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte,
los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran puta,
los que apenitas pudieron regresar,
los que tuvieron un poco más de suerte,
los eternos indocumentados,
los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el cuchillo,
los tristes más tristes del mundo,
mis compatriotas,
mis hermanos.

(El Salvador, 1968)

Henrique Alvim Corrêa fue un pintor e ilustrador que nació en 1876, en Rio de Janeiro. Fue hijo de la baronesa Oliveira Castro quien, quedando viuda muy joven, se casó en segundas nupcias con un banquero. En 1892, con 16 años, Henrique viajó a Lisboa y, dos años después, se trasladó a París, comenzando sus estudios de artes plásticas. En 1897, participó en el Salón de París y, además, comenzó a realizar estudios para la ejecución del gran panorama circular Siège de la Ville de Paris (Sitio a la ciudad de París), en referencia a la Comuna. Poco después, se casa con Blanche (la hija del artista Charles Barbant quien, entre otras cosas, solía realizar grabados para ilustrar las obras de Julio Verne), y se traslada a Bruselas en donde abre su propio estudio en 1900.
En 1903, realiza su famosa serie de ilustraciones para el libro de HG Wells, La guerra de los mundos. Estas aparecerán en 1906, en una versión francesa de la obra, en edición de lujo. Sin embargo, las finanzas del artista no iban del todo bien y, para contrarrestarlo, realizaba ilustraciones eróticas para vender, bajo el seudónimo de Henri Lemort. Corrêa murió de tuberculosis a los 34 años. Cuando los alemanes invadieron Bruselas, en 1914, su estudio fue saqueado y su obra destruida. Parte de sus ilustraciones originales y las planchas de cobre de sus grabados, sin embargo, pudieron salvarse. En 1942, un barco alemán las transportaba hacia Brasil cuando fue hundido. Así que también se perdieron.

Ernesto Cardenal y Julio Cortázar en Nicaragua, 1982.

“Ernesto Cardenal (quien había sido discípulo de Thomas Merton en el convento trapense de Gethsemaní, en Kentucky, EE. UU.), insistía en la necesidad de crear una verdadera unión panamericana y que dicha unión estaría constituida especialmente por los poetas. En el contexto de la Revolución sandinista nicaragüense, la literatura y los escritores jugaron un rol primordial, llegándose a denominar a Nicaragua la “nación de los poetas”. Al respecto, es interesante recordar aquí el contenido de la que se dio en llamar Declaración de los tres, o El llamado a los escritores del mundo, un documento firmado en 1982, en ocasión del Festival de Poesía de Managua, por tres poetas: Ernesto Cardenal (para aquel entonces Ministro de Cultura), Allen Ginsberg (EE. UU.) y Yevyeny Yevtushenko (URSS) invitando a todos los poetas del mundo a visitar el país e instando a cambiar las armas por las plumas.” Texto mío, publicado en el catálogo Edgardo Antonio Vigo y la edición en red, Badajoz, MEIAC, 2019.

THERE IS ALWAYS SOMEONE ASLEEP AND SOMEONE AWAKE
SOMEONE DREAMING ASLEEP SOMEONE DREAMING AWAKE
SOMEONE EATING SOMEONE HUNGRY

SOMEONE FIGHTING SOMEONE LOVING
SOMEONE MAKING MONEY SOMEONE BROKE
SOMEONE TRAVELLING SOMEONE STAYING PUT
SOMEONE HELPING SOMEONE HINDERING
SOMEONE ENJOYING SOMEONE SUFFERING SOMEONE INDIFFERENT
SOMEONE STARTING SOMEONE STOPPING
THE NETWORK IS EVERLASTING.

[Teaching and Learning as Performing Arts, Robert Filliou]

Acaba de aparecer el libro Mire a cámara, por favor, Antología de relatos sobre tecnología y simulacros, editado por Teresa Trueba y publicado por las Prensas de la Universidad de Zaragoza. Allí hay un par de relatos míos. Autores: Juan Bonilla, Javier Calvo, Germán Sierra, Juan Francisco Ferré, Mercedes Cebrián, Javier Fernández, Óscar Gual, Robert Juan Cantavella, Félix Romero, Agustín Fernández Mallo, Marina Perezagua, Laura Fernández, Belén Gache, Alberto Olmos, Sara Mesa, Manuel Vilas, Víctor Balcells Matas, Javier García Rodríguez.

Corita Kent (E.E.U.U., 1918 -1986), nacida como Frances Elizabeth Kent, fue una monja católica, maestra y diseñadora gráfica basada en Los Ángeles. Se destacó en el uso de la serigrafía. Su práctica del grabado, un arte democrático y múltiple, se relacionaba también con su constante compromiso social.
En cuanto a su técnica, fue influenciada por la obra de Warhol y solía partir de elementos encontrados, por ejemplo, publicidades, señalética, periódicos o frases de canciones o de escritores como Gertrude Stein o E.E.Cummings. Su mensaje fue siempre de amor y paz y su obra fue muy popular en los Estados Unidos durante los años 60 y 70, relacionándosela con el pop art.  Abordando temáticas como la guerra del Vietnam o las luchas por los Derechos Humanos, su obra fue considerada por ciertas jerarquías eclesiásticas como comunista o blasfema.

La exposición de Dora Maar estará en la Tate Modern hasta el 15 de marzo. Dora Maar (nacida Henriette Theodora Markovitch), nació en París en 1907. Hija de padre croata y madre francesa, emigró junto a su familia a Buenos Aires cuando tenía 3 años. Allí se crió. Regresó a París a los 20 años y comenzó a estudiar Bellas Artes y fotografía. Maar tenía su propio estudio fotográfico y compartía laboratorio con Brassai. Compatibilizaba su trabajo como fotógrafa publicitaria con la realización de provocativos fotomontajes y collages influenciados por el surrealismo. Las ideas de Maar eran cercanas a las del Grupo Octubre, que era parte de una red de agit-prop formada luego de la Primera Guerra Mundial (en 1932) y que promovía las ideas de la revolución de octubre en Europa. También se relacionó con la asociación Masses, y con George Bataille. Fue Paul Éluard quien le presentó a Picasso en el Café des Deux Magots. Éste se convertiría en su amante durante diez años. Jacques Lacan comenzó a tratarla luego de que ella tuviera un colapso nervioso. Llegó incluso a administrarle electroshocks. Sufriendo de una fuerte depresión, se retiró abandonando la fotografía y dedicándose en privado a la pintura abstracta. Pasó los últimos años de su vida en su apartamento parisino, muriendo en 1997, a la edad de 89 años.

Yo, dando un workshop en la Grand Valley State University, en 2012.

El próximo jueves se inaugura la muestra Edgardo Antonio Vigo y la edición en red, de la cual soy comisaria, en el MEIAC, Badajoz, España. Gráfica experimental, revistas ensambladas, medios marginales, autoedición, canales de comunicación alternativos, arte correo, poesía visual, poesía concreta, arte de redes en los convulsos, revolucionarios y creativos años 60 y 70.

Hace 20 años (1999), estaba yo presentando mi segunda novela en el Centro Cultural de España, en Buenos Aires.

Acaba de aparecer mi libro After Lorca, dónde realizó una reescritura de los poemas de Federico García Lorca sometiéndolos a procedimientos aleatorios (por ejemplo, a un generador automático de romances), a cut-ups, traducciones apócrifas, apropiaciones y juegos oulipianos.

Hace 25 años, salía publicada mi primera novela, Luna India, en editorial Planeta, luego de ser seleccionada en el Primer Premio Planeta (Biblioteca del Sur). Con motivo del aniversario, Sociedad Lunar Ediciones publica ahora la versión original, que incluye partes del texto e imágenes descartados por la edición de Planeta.

Acabo de recibir el libro Página y pantalla: interferencias metaficcionales, recién publicado por la editorial TREA. Está editado por Teresa Gómez Trueba y María Martínez Deyros y reúne trabajos presentados en el IV Congreso Internacional de la Red de Investigación sobre Metaficción en el Ámbito Hispánico, celebrado en la Universidad de Valladolid, en noviembre de 2017. En él, además de haber un ensayo mío, han puesto a mi avatar en la portada.
https://www.trea.es/…/pagina-y-pantalla-interferencias-meta…

Mi texto “Cómo convertir un cuento en un dibujo abstracto (pasando por una visita algorítmica al Museo del Prado)”, basado en instrucciones para realizar, ha aparecido en la sección “Creación Literaria” de la Revista de Occidente nº460 (Madrid, septiembre de 2019).