Hoy a las 16:30, hora de México, en el canal YouTube Libros UNAM, estreno de mi performance en Second Life “Cómo explicar la poesía electrónica a una liebre digital”. La obra será comentada por Cinthya García Leyva.

El cineasta y escritor francés falleció este domingo en París. Tenía 91 años. Posiblemente, su cortometraje más difundido sea La Jetée (1962), obra de ciencia ficción que da cuenta de experimentos científicos y viajes en el tiempo en un mundo post-apocalíptico. Una de sus obras más ambiciosas fue Le Fond de l’air est rouge (1977), en donde diseccionó los movimientos sociales surgidos a finales de los años sesenta. Sus películas se relacionan generalmente con movimientos revolucionarios refiriendo a Pekín, Cuba, la Siberia comunista, Vietnam, Argelia, Bosnia, la lucha obrera, el Mayo francés. En los años 90, se dedica igualmente a desarrollar instalaciones y obras multimedia, fascinado con las posibilidades que ofrecen los ordenadores. realizó L´Ouvroir en Second Life, pieza que comprende, entre otras cosas, un museo virtual y una sala de proyecciones.

Yo, contemplando un atardecer en Second Life

Mientras que hace pocos años Second Life, el mundo paralelo en Internet creado en 2003 por la empresa Linden Lab, alcanzaba su máximo auge, hoy está, en cambio, en plena decadencia. De sus 22.000.000 millones de usuarios, sólo le queda 1.000.000. Y de estos, solo un 10% se conecta regularmente. Este mundo virtual llegó a convocar a muchos inversores del mundo real, quienes allí hacían sus negocios. Por ejemplo, transacciones de compra-venta de ropa, muebles o incluso de propiedades, ya que muchos compraban parcelas en él a manera de inversión, utilizando para estas operaciones la moneda virtual de los “linden”. También servía de plataforma para que muchas empresas reales anunciaran allí sus productos o para que partidos políticos reclutaran adeptos para sus diferentes ideologías. Sin embargo, pronto todos los entusiastas de este nuevo mundo se percataron de que lo que en principio tomaron por un indiscutido boom no era tal. Las empresas comenzaron a cerrar y los usuarios comenzaron a dejar a sus avatares abandonados (ver entrada del 30 de marzo). Hoy lo que fuera el pujante mundo de Second Life no es más que un páramo recorrido por alter-egos fantasmas.