Alexandra Chambers nunca existió

Filed under: Scrapbook | Tags: | diciembre 4th, 2014
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La miniserie británica Prey, protagonizada por John Simm, es un thriller de estructura clásica, de modelo “El Fugitivo”. En este caso, es un policía el falsamente acusado de la muerte de su mujer y su hijo. Debe encontrar al verdadero culpable mientras huye de la justicia para demostrar su inocencia. Eventualmente, para solucionar el enigma que lo llevará a descubrir a los verdaderos asesinos, el guionista recurre a la misma estrategia que Alfred Hitchcock en la película El hombre que sabía demasiado.
“Alexandra Chambers nunca existió. Fue sólo un nombre que inventamos la noche en que Hassan fue asesinado. Alguien detrás de la cual esconderse”, dice la detective Andrea MacKenzie  al ser confrontada por Simm.
El personaje de Simm acababa de descubrir que la casa en la que se hallaban estaba en la esquina de las calles Alexandra Street. y Chambers Street.
En el film de Hitchcock, de 1956, protagonizado por James Stewart y Doris Day, la pareja busca el paradedo de su pequeño, que ha sido raptado en Marruecos. Sólo poseen una pista a seguir: el nombre de alguien, susurrado al morir por un agente británico disfrazado de árabe. Este nombre es Ambrose Chappell. Ya en la búsqueda de esta persona, caen en cuenta de que no se trata de un hombre sino de una iglesia:  la capilla llamada “Ambrose Chapel” donde descubrirán que los raptores mantienen prisionero al niño.
La confusión dada entre nombres propios de lugares y personas sirve para estructurar la trama en ambos thrillers. También nos evoca el tema de los nombres propios en literatura, ampliamente tratado por la teoría literaria. Por ejemplo, por Roland Barthes en su ensayo “Proust y los nombres”, entre otros.


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