La condesa sangrienta

Hacia finales del siglo XVIII, la gótica pasó de ser una noción ligada a lo medieval a estar relacionada más bien con lo macabro, posiblemente bajo la particular influencia de Horace Walpole. Muchos autores ligados a la novela gótica fueron mujeres, tal es el caso de Mary Shelley o de Ann Radcliffe. Varios autores masculinos escribieron sobre vampiros mujeres, por ejemplo Samuel Taylor Coleridge con Christabel (considerado el primer poema sobre vampiros en idioma inglés), John Keats con el poema Lamia (basado en leyendas griegas) y J. Sheridan Le Fannu con su retrato de la CondesaMircallaKarnstein (la vampira Carmilla). En 1963, Valentine Penrose (quien fuera esposa del poeta y pintor surrealista Roland Penrose y quien dedicara varios años de su vida a viajar por la India) escribe Erzsébet Bathory: La comtesse Sanglante, texto basado en la leyenda de Erzsébet Báthory, una aristócrata húngara acusada de dar muerte a cientos de jóvenes mujeres en curiosos rituales que involucraban, entre otras cosas, beber su sangre. La poeta argentina Alejandra Pisarnik escribiría también sobre este sombrío personaje.