¡Aplasta la máquina de control! ¡Quema los libros! ¡Mata a los sacerdotes!

Filed under: Scrapbook | Tags: | noviembre 22nd, 2012
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“Hice grabaciones de la música que continuamente escuchaban los campesinos durante todo el día, mientras trabajaban en los campos. Sin embargo, yo sabía que necesitaba no sólo la banda sonora del control sino también la captura de las imágenes para poder tomar una acción definitiva. Según se me había explicado, el sistema de control maya dependía del calendario y los códices que contenían símbolos que representaban todos los posibles estados del pensamiento y del sentimiento. Se trataba de instrumentos con los que los sacerdotes controlaban las unidades de pensamiento de los trabajadores de los campos.
Si yo pudiera tener acceso a los códices y hacer un cut up con la banda sonora y la banda de imagen de los sacerdotes, cuando ellos pulsaran los botones los resultados serían totalmente inesperados. A fin de lograr mi propósito, me prostituí a uno de los sacerdotes. Durante el acto sexual, él se metamorfoseó en un cangrejo verde de la cintura para arriba. Utilizando la medicina que el doctor me había dado, me hice cargo del cuerpo del sacerdote y pude acceder a la sala de códices. Allí, me dediqué a fotografiar los libros. Equipado ahora con ambas pistas de sonido e imagen estaba en condiciones de desmantelar la máquina de control. Cortar las líneas de palabras. Cortar las líneas musicales. Mezclar las imágenes del control: ¡Aplasta la máquina de control! ¡Quema los libros! ¡Mata a los sacerdotes!
Así como antes la máquina había controlado las mentes de los trabajadores, ahora daba la orden de desmantelar todo el mecanismo. Quedaba en evidencia que los sacerdotes no eran más que palabras e imágenes, una vieja película que se proyectaba una y otra vez, actuada por actores muertos. Los sacerdotes, los guardias, el templo se convirtieron en humo mientras yo me abría camino hacia la sala de control y quemaba los códices. Temblores de tierra comenzaban a sentirse bajo mis pies y grandes bloques de piedra caliza llovían a mi alrededor. Fuertes ráfagas de viento derribaban las palmeras.  Las enormes olas de un tsunami cubrieron el  calendario maya de control.” (William Burroughs, The Soft Machine)


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