Centenario de la llegada del hombre al Polo sur geográfico – Recuerdos del peor viaje del mundo

Filed under: Scrapbook | Tags: | diciembre 15th, 2011
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Hoy se cumplen 100 años desde que Roald Amundsen llegó al Polo Sur. Si bien se considera el primer avistamiento del continente antártico el realizado en 1820 por una expedición rusa liderada por Fabian Gottlieb von Bellingshausen y Mikhail Lazarev, a lo largo del siglo XIX, el continente permaneció fuera de los intereses de los científicos, dada la gran hostilidad de su clima, la falta de recursos, su inaccesibilidad. Entre 1895 y 1920, sin embargo, hubo un creciente interés por él. Durante esos años, el continente austral fue visitado por dieciséis exploraciones científicas y geográficas. Todas ellas se nos presentan hoy como aventuradas y utópicas, especialmente dado que los avances en las tecnologías de las comunicaciones, los transportes y los instrumentos científicos de la época eran bastante limitados y poco eficaces. En cada una, se ponían a prueba los límites físicos y mentales de sus integrantes, muchos de los cuales incluso fallecieron durante las mismas.

La primera expedición en llegar al Polo Sur geográfico fue la del noruego Roald Amundsen, quien junto a los cinco integrantes de su comitiva, alcanzó su meta el 15 de diciembre de 1911. El hecho es hoy recordado de manera indisoluble con la paralela y trágica expedición de Robert Falcon Scott. Falcon Scott, quien lideraba la expedición británica, había llegado por primera vez a la Antártida en la expedición Discovery (1901-1904). La hazaña le valió ser invitado al castillo de Balmoral, donde el rey Eduardo VII lo condecoró con la medalla de Comandante de la Real Orden Victoriana.  En los siguientes años, además de codearse con lo más granado de la sociedad eduardiana, se dedicó a recorrer el país invitado a recepciones públicas, dando conferencias y presentando su libro The Voyage of the Discovery (El viaje del Discovery), donde daba cuenta de las anécdotas de su expedición. Por estas épocas se caso igualmente con Kathleen Bruce, una escultora cosmopolita que estudiaba con August Rodin y que era amiga de personalidades como Isadora Duncan, Picasso o Aleister Crowley.

Conocido el hecho de que Noruega planeaba una expedición para llegar al polo geográfico, Falcon Scott decidió embarcarse en un nuevo viaje a la Antártida (la excursión  Terra-Nova) a fines de llegar él (y Gran Bretaña) primero. Pero no lo logró y llegó, en cambio, el 17 de enero de 1912, es decir, 34 días después que el explorador noruego. Eso no fue todo, en su viaje de vuelta, perdió el rumbo y tanto él como sus hombres murieron de hambre y de frío. Si bien dejó de escribir en su diario de viaje el 23 de marzo, tuvo fuerzas para realizar una última entrada del 29 de marzo: “Última entrada. Es una pena pero no creo que pueda escribir más. Envíenle este diario a mi viuda.” Más anécdotas y detalles del malogrado viaje se conocieron gracias al libro escrito por uno de los sobrevivientes de la expedición Terra-Nova, Apsley Cherry-Garrard, quien en 1922 publicó el famoso libro The Worst Journey in the World (El peor viaje del mundo), hoy considerado el mejor relato de viajes nunca escrito.


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