Nubes

Filed under: Scrapbook | Tags: | septiembre 12th, 2011
Post

Acostumbrado a nombrar, medir y cartografiar, el ser humano insiste en imponer categorías a todas las cosas. Por ejemplo, a las nubes. A comienzos del siglo XIX, los meteorólogos pensaban que estas eran demasiado cambiantes y efímeras como para poder ser clasificadas. Sin embargo, en 1802 Luke Howard, un químico, farmacéutico y meteorólogo amateur inglés, presentó en una reunión científica su ponencia “Sobre la modificación de las nubes”. Allí establecía formas recurrentes de nubes dándoles a cada una de ellas un nombre latino (al igual que había hecho Linneo con las plantas y los animales). Inquieto por la informidad y lo ilimitado de los espacios de las alturas, y por estas formaciones tan diferentes a las cosas que encontramos a nuestro alrededor, inamovibles y sólidas, se había dedicado durante años a observar el cielo desde la ventana de su laboratorio, realizando mediciones con su barómetro y su termómetro. Así, había llegado a la conclusión de que existían tres clases de nubes: Cumulus, Stratus y Cirrus. Además de nombrarlas, determinó que estas nubes, lejos de asociarse al azar, conformaban patrones combinatorios predecibles: los Cumulo-stratus, Cirro-cumulus y Cirro-stratus. El cielo, que hasta esos momentos se había presentado como un espacio informe e impreciso, estructuraba ahora su propio lenguaje.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *