La Chinoise

A partir de una poética de mise en abyme, meta-cine y estrategias brechtianas de distanciamiento anti-mimético, La Chinoise, el maravilloso film de Jean-Luc Godard, de 1967, se presenta como un lugar en donde lo político se vuelve personal y lo personal, político. Película premonitoria de los disturbios estudiantiles del Mayo Francés que tendrían lugar al año siguiente, presenta a un grupo de jóvenes estudiantes que discuten sobre tendencias políticas, filosóficas y artísticas; sobre existencialismo, marxismo, maoísmo. Marxista él mismo, Godard no critica aquí al marxismo per se sino a la ideología de la Nueva Izquierda francesa de la época. La obra se presenta como una crítica a un radicalismo estudiantil inmaduro, cuyas tácticas surgían más que de un verdadero espíritu revolucionario, de una visión burguesa demasiado limitada del mundo.

“Matar a un hombre para defender una idea no es defender una idea sino matar a un hombre”, decía Godard en referencia a la problemática del “terror” o de lo que hoy denominamos “pureza fatal”. Luego de leer una serie de textos en torno al tema de la violencia y la acción revolucionaria, el grupo decide llevar adelante un asesinato político: el del Ministro de Cultura ruso y ganador del Premio Nobel Mikhail Sholokhov, durante su visita a París. Véronique, una de las estudiantes, es la elegida para hacerlo pero termina equivocándose y matando en cambio a un hombre inocente., luego de lo cual decide volver a sus clases de filosofía, en la Sorbona.