El cuento más triste del mundo

“Había una vez un niño pobre que no tenía padre ni madre, y todo estaba muerto y no había nadie en el mundo. Todo estaba muerto y entonces el niño fue y buscó día y noche. Y porque no había nadie en la tierra, quiso ir al cielo. Y la Luna lo miraba con tanto cariño y cuando finalmente llegó a la luna, ésta no era más que un pedazo de madera podrida. Y entonces se fue al sol. Y cuando llegó al sol, éste no era más que un girasol marchito. Y cuando llegó a las estrellas, no eran más que pequeños mosquitos dorados que estaban allí pegados, así como la urraca los coloca sobre las acacias. Y cuando quiso volver a la tierra, la tierra era un jarrón volcado. Y el niño estaba muy sólo, y se sentó y lloró, y todavía está sentado allí, muy solo”. (Georg Büchner, Woyzeck, “anticuento” de la abuela)