Historias reales

El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, almorzó hoy en la residencia presidencial de Durban con el Príncipe Alberto y su flamante esposa, la ciudadana sudafricana Charlene Wittstock. Zuma aprovechó la presencia de Alberto de Mónaco para reclamarle las vacas que tradicionalmente se entregan como dote en la cultura zulú, una suerte de dote llamada “lobola”. Según las costumbres, el novio debe regalar a la familia de la mujer una cantidad determinada de vacas nguni, la especie autóctona del país. Siendo un polígamo él mismo, Zuma animó a Alberto a adoptar las tradiciones autóctonas.

Se ha subrayado el hecho de que en los matrimonios de la realeza europea de los últimos años, los nobles han elegido masivamente casarse no con otros nobles, como dicta el protocolo, sino con plebeyos. Es notorio, por otra parte, que estos plebeyos provengan muchas veces no de Europa sino del Tercer Mundo, como es el caso, por ejemplo, de Charlene Wittstock (Sudafrica) o de Máxima de Holanda (Argentina). De manera consciente o inconsciente, los herederos a los tronos de Europa buscan escapar de su destino.