Maldito espejo (parte 2)

Filed under: Ficciones y microficciones | Tags: | diciembre 15th, 2010
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Mari Trini volvió a su casa con el frasco de agua bendita, se sentó frente al tocador y recién entonces se dio cuenta de que el padre Anselmo no le había indicado si tenía que poner el agua sobre el espejo o echársela encima ella. Y esa era la clave de todo. Posesión demoníaca, ¿pero de quién? ¿De ella o el espejo? Primero, se echó agua sobre las mejillas y se acercó a la superficie de vidrio. Nada. Luego, tomó un algodón, lo empapó en agua bendita y se lo pasó al espejo. ¡Su rostro volvió, como siempre, a reflejarse en él! Claro que el efecto duraba sólo hasta que el agua bendita se secaba. Luego, su rostro volvía a desaparecer. Cada vez que se maquillaba, Mari Trini debía tomarse el trabajo de estar continuamente humectando la superficie y esto era un verdadero incordio. Al quinto día, se cansó y, en un arranque de ira, tiró el espejo contra la pared y lo hizo trizas.  Y entonces sintió que le sucedía algo realmente extraño. Desde entonces, Mari Trini permanece prisionera del otro lado del espejo, en el mundo bizarro.


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