Belén Gache


Divina anarquía

Luna India

Divina anarquía

Novela

Buenos Aires, Editorial Sudamericana, Narrativas, 1999


 

Texto de la contraportada

¿Qué pasa cuando no se puede acceder a una historia ni a un nombre propio? Antígona, la protagonista de esta novela, sobrevive a las pérdidas que se suceden a lo largo de su vida y lleva a cabo una pesquisa que le deja una respuesta: el mito original de la totalidad es sólo eso: un mito. En una Buenos Aires real y tangible, los personajes de Divina Anarquía viven y se mueven amenazados por pruebas y obstáculos que ponen en peligro su identidad. La escritura sugerente de Belén Gache proporciona una sabia perspectiva. Una percepción límpida y precisa muestra cada cosa, cada objeto, desde los efectos personales hasta los dominios del vértigo y la desmesura. “Veo estallar en el cielo decenas de crisantemos de fuegos artificiales. Duran segundos y luego todo vuelve a estas oscuro. Como si todos esos universos de colores, todas esas pasiones, todas esas tragedias no hubieran, en realidad, pasado nunca”.

 

Presentación del libro en el Centro Cultural de España en Buenos Aires, a cargo de Luis Chitarroni y Belén Gache. 26 de octubre de 1999.

 

Nota de Mariano Valerio en la revista Los Inrockuptibles, noviembre de 1999.


fragmento: "Divina anarquía se debate entre la nouvelle, al mejor estilo francés por su extensión y su clima intimista, y una novela de climas extraños que nunca llega a ser fantástica. Su personaje principal, una Antígona que se desplaza por los barrios de Buenos Aires, tiene una voz muy particular: parece carecer de tiempos y de espacios que la acoten dentro de algún tipo de verosimilitud. Belén Gache es licenciada en historia del arte y ha curadora muestras de arte nacionales e internacionales. No es extraño entonces que el imaginario de su novela sea tan amplio: desde la belleza clásica de los cuerpos, al mejor estilo Thomas Mann de Muerte en Venecia, pasando por un cuadro de Vermeer que actúa casi como un leitmotiv a lo largo de la novela; el fantasma de su hermano Orfeo, muerto pero no del todo; la Condesa Sangrienta o Greta Garbo. “Es inevitable –dice Belén Gache-, uno escribe siempre desde un cruce de textos y experiencias, desde lo que leyó y vivió. Creo que todos vivimos, en mayor o menor medida, en un mundo como el de mis personajes: extraño.”


Reportaje a Belén Gache Diario Clarín, 5 de marzo de 2000.

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Nota de Sergio Olguín. Diario La Nación, 16 de enero de 2000.

fragmento: "A una chica se le muere el único ser que tiene en el mundo, su hermano, y comienza una vida que es, a la vez, un aprendizaje y un duelo, un descubrimiento y una confirmación de que nada nuevo puede sorprenderle. En Divina Anarquía, Belén Gache construye un universo reconocible, definitivamente porteño, en un clima de magia y poesía bastante inusual en la narrativa argentina.
Sostenidos por una prosa envolvente y trabajada, cada capítulo es, en sí mismo una historia, una imagen que se incorpora a la novela que, en su conjunto, es una extraña colección de fotos. Sin estridencias, con inteligentes dosis de humor absurdo y cierta levedad que no atenta sino más bien alimenta el tinte dramático de la historia, Divina Anarquía se coloca en un lugar destacado de la producción literaria local de estos tiempos."