Alarmada, me dirijo hacia uno de los estantes y cojo yo también, por mi parte, un libro al azar. ¡Es cierto! ¡Se trata de un libro de poesías de Rubén Darío! Enciendo los ordenadores uno a uno: Rubén Darío en cada uno de ellos. ¡Después de tantos meses de arduo trabajo reconstruyendo minuciosamente todo el material poético de la Biblioteca! Es una verdadera catástrofe.
Pero además, otro detalle llama poderosamente mi atención:los textos están escritos con letras de color verde y no con el azul de la tinta de alas de mariposa.