Acerca de los significantes primordiales y de la falta de uno

Con Dot Perinch aun debilitado, apenas reponiéndose de la amputación de sus dedos meñiques, volvemos hacia la Biblioteca, atravesando los campos de corazones. Los campesinos siguen allí trabajando en interminables y agotadoras jornadas.  Marchan lentamente, sus espaldas dobladas, a través de los largos y monótonos surcos de tierra cultivada sobre los que sopla el ríspido viento lunar.  Las pesadas canastas de mimbre cargadas de corazones aun palpitantes, aun sangrantes, incluso doblan en algunos casos, sus tamaños.
La revolución del comandante Aukan apenas si comenzaba a dar exiguos resultados cuando se ha visto amenazada por la conjura metrofóbica. Ahora, los rebeldes no sólo deben enfrentan las míseras condiciones de vida impuestas por el Khan a todos aquellos que habitan fuera de la muralla de la Ciudad Imperial sino también a los confabulados que pretenden imponer el silencio en el satélite. Cuando Aukan decidió quedarse en la luna e iniciar la revolución de los campesinos lunares, nunca hubiera pensado que los mismos hijos de los primeros jefes campesinos que lo acompañaban devendrían metrofóbicos. El esfuerzo por plantar  y desparramar las semillas de la revolución y del verbo liberado se han visto sensiblemente disminuidas en los últimos tiempos. ¿Cómo es posible que de la subversión de los padres hayan nacido hijos absolutamente contrarrevolucionarios como Domingo de Ramos y sus acólitos?

Estamos llegando a la Biblioteca cuando puedo ver que nuevamente hay varios guardas mongoles en la puerta principal. Varios miembros de la Policía Secreta del Khan entran y salen del edificio acarreando ordenadores y documentación varia. Otra vez ¿Qué habrá sucedido ahora?
Al subir la rampa de acceso hacia el portal, dos guardas mongoles me cogen del brazo. Sin más explicaciones, se me comunica que he sido detenida. Sólo se me informa que seré inmediatamente encarcelada en una de las mazmorras de Palacio y que allí permaneceré, incomunicada, hasta que el Gran Khan se decida a dictar mi condena. ¿De qué se me acusa? Nadie se digna informarme.


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