En un rincón de la caverna, varios cuernos de rinocerontes lunares amontonados dan cuenta de que los niños campesinos tampoco son ajenos a la matanza de estos animales que tuvo lugar la pasada luna llena.
-¡Ah, los rinocerontes! –exclama Dot Perinch- Para Domingo de Ramos y sus huestes metrofóbicas, estos animales representan, al igual que los unicornios terrestres, la quintaescencia de la poesía. Esa es la razón por la cual no se detendrán hasta haberlos ultimado a todos.
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