Libros, lecturas y expansiones

Filed under: Scrapbook | Tags: | noviembre 5th, 2020
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Serge Bouchardon, Gustavo Romano, Belén Gache y Amaranth Borsuk en Ciudad de México (2015)

El estudio de la historia del libro y la lectura tiene una vasta tradición, destacándose la escuela francesa, con académicos como Roger Chartier o Frederic Barbier, por ejemplo, quienes abordan problemáticas de base como la escritura (aparición de la escritura, escrituras pictográficas, ideogramas, fonogramas, diferentes alfabetos), el texto (diferentes soportes y útiles de escritura, sistemas escriturarios, noción de autor), el libro (formatos -pasaje del rollo al códice, del códice al libro, el rol de la imprenta, la aparición de lo digital-, ediciones, convenciones gráficas, paratextos y, también, su rol político, su distribución, comercialización, censuras) y los lectores (lecturas sagradas, profanas, comunitarias, individuales, en voz alta, silenciosas, etc.). Si bien el estatuto del libro se ha venido cuestionando tradicionalmente desde ámbitos como, por ejemplo, el libro de artista (en EEUU se destacan los estudios de Marjorie Perloff sobre los libros de las vanguardias o los maravillosos ensayos de Johanna Drucker) o la escritura de medios (Marshall McLuhan y la Galaxia de Gutenberg, Walter Ong y las tecnologías de la palabra, George Landow y el hipertexto), es desde la generalización de la escritura en medios digitales y el profundo cambio que generan que estos temas han cobrado gran interés. El desafío es hoy imaginar el futuro del libro y, en general, del ecosistema literario. Aquí, en España, teóricos como Antonio Rodríguez de las Heras o Daniel Escandell Montiel, por ejemplo, han reflexionado ampliamente al respecto. Mi libro Escrituras Nómades, del libro perdido al hipertexto (Gijón, TREA), publicado en 2006, seguía esta misma línea.
La editorial argentina Ampersand acaba de publicar el libro El libro expandido, Variaciones, materialidades y experimentos, de Amaranth Borsuk, docente en la School of Interdisciplinary Arts en el estado de Washington (EEUU) y ella misma poeta que ha incursionado en medios digitales. Allí, ella repasa igualmente algunos de estos temas. El texto está divido en cuatro secciones -el libro como objeto, como contenido, como idea y como interfaz. Borsuk cuestiona la dicotomía libro impreso-libro digital, señalando que, en una época donde se registra una simultaneidad de diferentes modos de lectura, no se trata de sustituir una tecnología por otra, sino de posicionar al libro como una tecnología cambiante y de generar continuidades.


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