El Popocatépelt en color amarillo

La leyenda dice que el padre de Iztaccíhuatl envió a la guerra al legendario guerrero Popoca, prometiéndole la mano de su hija si regresaba victorioso (lo cual el padre de Iztaccíhuatl no creía posible). Iztaccíhuatl recibió la falsa noticia de que su amado había muerto en batalla y murió de pena. Cuando Popoca regreso y se enteró del trágico destino de su amada, él también murió de tristeza por haberla perdido. Los dioses se conmovieron de ellos y los cubrieron con nieve para transformarlos en volcanes para conservarlos inmortales y eternos. Este es el origen mitológico del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, los dos volcanes situados 55km al sureste de la Ciudad de México. El Popocatépetl ha sido uno de los volcanes más activos de este país, registrándose 18 erupciones desde 1354. El volcán, que genera una constante emisión de fumarolas compuestas de gases y vapor de agua (de allí su nombre, “montaña que fuma”) lanza cada tanto imprevistas erupciones de ceniza y material volcánico. El 20 de noviembre de 2011 hubo una gran explosión en su interior, la cual  se escucho en poblaciones cercanas. Ayer, la montaña comenzó a expeler ceniza roja y fragmentos de rocas incandescentes. Las autoridades mexicanas han elevado la alerta y han restringido el acceso a las zonas aledañas.